Autor: Pablo Oviedo
La mayoría de personas hemos sido víctimas de algún tipo de contaminación generada por el ser humano. Por ejemplo: la contaminación al aire puede provocar enfermedades respiratorias, cardíacas y hasta cáncer de pulmón; la contaminación del suelo puede provocar que los productos agrícolas sean perjudiciales para la salud. Te has preguntado: ¿cómo afecta la contaminación acústica al ser humano? ¿Puede ser el ruido ambiental un problema de salud pública?
¿Qué es la contaminación acústica?
La contaminación acústica es el ruido excesivo y molesto que provocan las actividades industriales, de transporte, y de otras actividades humanas, que pueden llegar a producir efectos negativos en la salud auditiva, física y mental. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el ruido es el segundo factor ambiental que más provoca enfermedades, después de la contaminación atmosférica. Este agente de contaminación invisible es considerado también un problema de salud pública.
Efectos del ruido en el ser humano
La larga exposición a un alto nivel de ruido puede llegar a provocar discapacidad auditiva, hipertensión, estrés, alteraciones del comportamiento, entre otras. Cabe mencionar que el ruido puede llegar a provocar efectos secundarios, como por ejemplo la perturbación del sueño, lo que provoca a su vez fatiga, desconcentración, y falta de productividad.
¿Cuánto ruido puede soportar el oído humano?
Según la OMS, los potenciales riesgos en la salud asociados con el ruido son más evidentes a partir de los 55 decibeles (dB) en el día y los 45 dB en la noche. En ambientes laborales las normas internacionales establecen una exposición de entre 85 y 90 dB para una jornada de 8 horas de trabajo, con 3 o 5 dB de tasa de cambio.
¿Cómo evitar la contaminación acústica?
Podemos reducir la contaminación acústica evitando gritar o poner música con un volumen alto que llegue a molestar a las personas aledañas. Otra acción importante tiene que ver con cambios en los hábitos de los conductores, quienes abusan del uso de la bocina y de resonadores en los vehículos. Restringir obras y construcciones en horarios inoportunos en los que la ciudadanía descansa. Otra alternativa también puede ser el aislamiento acústico de las fachadas, para evitar que los ruidos del exterior se escuchen al interior de las viviendas.
La autoridad ambiental también es responsable de mitigar el impacto de la contaminación acústica en las áreas urbanas. Su responsabilidad se basa en la revisión de normativas que regulen los niveles de emisión de ruido, la planificación territorial con una perspectiva ambiental, y velar por el cumplimiento de estas directrices.